Un plato que combina
cardo, cocido en un guiso ligero, realzado con una salsa blanca cremosa. Con
una mezcla de semillas, que puede incluir semillas de girasol, calabaza o
sésamo, añadiendo un toque crujiente y nutritivo, es un plato saludable,
sabroso y versátil que puede ser disfrutado en diversas ocasiones.
Sección
Verdura, 4
personas, preparación 20 minutos, dificultad: fácil. Todos los
tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
1 k cardo congelado, 1 cebolla, 2 dientes de ajos, mezcla
de semillas girasol, almendras, calabaza o sésamo, harina, aceite de oliva,
leche, agua para la cocción y sal.
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Preparación y cocción:
Calentar
agua en una cazuela con sal, meter el cardo congelado y cocerlo hasta que este
blando.
Pelar
y picar la cebolla y los ajos muy finos.
Pochar
todo en aceite y cuando casi este añadir las anchas escurridas y picadas, dejar
que se disuelvan.
Añadir
los cardos bien escurridos.
Diluir
la haría en leche templada e incorporarlo al cardo dejar cocinar removiendo y
retirar sin que se quede con una salsa media.
Espolvorear
con las semillas y remover, servir caliente.
Cardo
Los primeros indicios de la existencia del cardo se
encontraron en Etiopía y Egipto. Plinio, en el tratado de Historia Natural, ya
catalogaba al cardo como una de las hortalizas de más rica calidad de la época;
en el siglo XVIII. El cardo se debe comer cocido: sólo la variedad el cardo
blanco y el cardo rosado son aptos para comer crudos. Su sabor particularmente
duro y amargo requiere que se someta a un blanqueamiento: las plantas, de
hecho, se cultivan en ausencia de luz o, para algunas variedades, incluso se
entierran, doblando la planta hacia los lados, hacia abajo y cubriéndola con
tierra, permaneciendo así hasta el momento de su recolección. Para el cardo, la
helada es esencial: después de una helada, en efecto, su consistencia se vuelve
mejor y más tierna.
Mezcla de semillas y frutos secos
Una mezcla de semillas y frutos secos picados para
ensaladas es un conjunto de ingredientes que se añaden para enriquecerlas en
sabor, textura y valor nutricional. Generalmente, estos ingredientes pueden
incluir nueces, almendras, avellanas, semillas de girasol, semillas de
calabaza, chia o sésamo, entre otros. Estas mezclas suelen aportar grasas
saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales. El uso de semillas y
frutos secos en la alimentación se remonta a milenios. En diversas culturas,
han sido valorados no solo por su sabor y textura, sino también por sus
propiedades nutricionales. La incorporación de estos ingredientes en ensaladas
ha crecido en popularidad, especialmente con el auge de las dietas más
saludables y equilibradas. Las mezclas de semillas y frutos secos no solo
aportan un crujido agradable, sino que también aumentan la saciedad y añaden un
perfil nutricional que puede ser muy beneficioso. Hoy en día, muchas personas
los utilizan para aportar un extra a sus ensaladas, mejorando no solo el sabor,
sino también los beneficios para la salud. Así, esta práctica se ha convertido
en una tendencia común en la cocina contemporánea.