Un plato fresco y vibrante que combina los sabores marinos
con la dulzura y el crujido del maíz. El toque especial lo aporta el maíz
dulce, que no solo añade un contraste de sabor, sino también una textura jugosa
y atractiva. Se servir frío, lo que lo convierte en una opción ideal para días
cálidos o como aperitivo o entrante.
Sección Marisco; 4 personas,
preparación 15 minutos, nevera 1 horas, dificultad: fácil. Todos los
tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
200 g de gambas peladas, 6 palitos de surimi, 200 g de
mejillones limpios, ½ pimiento verde, 1 latita de maíz dulce, 100 g de
cebollitas en vinagre, 20 g de pepinillos en vinagre, aceite de oliva, vinagre
y sal gruesa.
Preparación y cocción:
Cocer las gambas en
agua con sal y dejarlas al dente.
Limpiar, cocer los
mejillones y retirarles las conchas.
Cortar el surimi en rodajas.
Lavar, desvenar los
pimientos y picarlos en daditos.
Abrir la lata de maíz y
escurrirla bien.
Mezclar todos los
ingredientes y aliñarlos con aceite, vinagre y sal.
Dejar en la nevera con
la antelación indicada hasta la hora de servir.
Gambas congeladas
Son una excelente opción para tener en la cocina, ya que
permiten preparar comidas rápidas y deliciosas. Sin embargo, es crucial seguir
ciertos pasos para asegurar que se cocinen adecuadamente, garantizando tanto su
seguridad como su sabor. Antes de cocinar las gambas congeladas, es importante
descongelarlas. Esto asegura que todas las partes del alimento alcancen la
temperatura necesaria para matar las bacterias durante la cocción. Si se
cocinan directamente desde su estado congelado, podrían dorarse por fuera
mientras permanecen crudas por dentro. Una vez descongeladas, las gambas están
listas para ser cocinadas. Si las gambas son muy pequeñas, incluso puedes
cocinarlas directamente desde su estado congelado. Simplemente sigue estos
pasos.
El mejillón
Es un molusco bivalvo que pertenece a la familia Mytilidae. Este fascinante ser marino es característico de las costas del Atlántico, especialmente en Europa y América. Su cuerpo está protegido por dos valvas idénticas que tienen una forma de lágrima y están unidas por una bisagra compuesta de tres o cuatro dientes. La concha exterior del mejillón es negra con matices morados, mientras que su interior es nacarado, lo que le da un brillo distintivo. La superficie externa de las valvas presenta círculos concéntricos que indican su crecimiento. En resumen, el mejillón es un molusco bivalvo fascinante y versátil que no solo juega un papel importante en los ecosistemas marinos, sino que también es una deliciosa y nutritiva opción alimentaria para los humanos. Su cultivo sostenible y su impacto positivo en la calidad del agua lo convierten en un recurso valioso tanto para la naturaleza como para la gastronomía.
El maíz dulce cocido