El apio es una planta herbácea bienal que pertenece a la
familia Apiaceae. El Apium graveolens se cultiva no solo como verdura por sus
hojas, sino también por su raíz tuberosa, que se consume como leguminosa. El
antepasado común del apio proviene de la cuenca mediterránea, más precisamente
de las marismas que bordean el Mediterráneo. En la antigüedad, la planta se
conocía como Selenon o planta de la luna, siendo Selene entonces la diosa
griega de esta estrella. Hoy se cultivan tres variedades principales. Apium graveolens
var. graveolens, el Apium graveolens var. rapaceum o apio nabo.
En la Edad Media, en la Emilia de 1400, con señores
feudales y los monjes cistercienses y benedictinos, impulsados por la
búsqueda de un queso capaz de perdurar en el tiempo, fueron los primeros
productores: gracias a la sal procedente de las salinas de Salsomaggiore y a la
leche de las vacas criadas en el grangie, las granjas de los monasterios
obtenían un queso de textura seca y formas grandes, apto para largas guardas. Concurrieron
junto con un aumento de la producción en la llanura de Parma y Reggio, hubo un
mayor desarrollo económico. El tamaño de las formas aumenta, hasta el peso de
18 kg cada una. El siglo XVI vio el desarrollo de las vaquerías a las que se
anexa la vaquería para transformar la leche del dueño a la que se añadía la
leche de las cuadras de los aparceros, que ayudaban a su vez al quesero.
Originario de Asia, el almendro ya crecía en la Edad de Piedra y presumiblemente se cultivó a partir de la Edad del Bronce, convirtiéndose en el primer fruto procesado de la antigüedad. En el antiguo Egipto y Grecia eran frutos muy extendidos, tanto que los romanos los llamaron “nux graeca” (del griego almendra, de hecho). En la Edad Media, las almendras se convirtieron en uno de los ingredientes más utilizados tanto en la cocina cortesana como en afrodisíacos y pociones de amor. La medicina humoral medieval depositaba grandes expectativas en las almendras, prescribiéndolas en casos de emaciación para rejuvenecer y potenciar la actividad sexual. Convirtiéndose también en un ingrediente esencial de las galletas reconstituyentes.
Qué original, no le ha visto nunca!!un beso
ResponderEliminarcomo con los arroces paellas el pesto ha dado muchos cambios y nuevas ideas pero el clásico es el de siempre como la verdadera paella
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