En esta deliciosa receta, combinamos el sabor único del
cardo congelado o en conserva, con la frescura del bonito. Este plato es
perfecto para quienes buscan una opción saludable y reconfortante. La suavidad
del cardo se realza al ser rehogado, creando una armonía de texturas y sabores.
Sección Verdura; 4
personas, preparación 10 minutos, cocción del cardo 15 minutos
Dificultad
fácil. Todos los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
800 g de cardo congelado, 300 g de bonito, 3 dientes de
ajos, perejil, agua para la cocción y sal,
Preparación y cocción:
Comprar el bonito y
pedirle al pescadero que nos lo parta en dados, caso contrario hacerlo en casa
retirando su piel.
Calentar aceite y
sellar el bonito por ambos lados y reservar.
Calentar agua con sal
y cocer el cardo dejándolo al dente, escurrirlo bien.
Pelar y picar los ajos
y sofreírlos donde hemos sellado los dados de bonito.
Incorporar el cardo
rehogar unos minuto y añadir el bonito con el perejil lavado y picado.
Cocinar todo otros
minutos y comprobar textura y sal.
Caso contrario añadir
un poco de agua de la cocción del cardo y finalizar el plato.
Servirlo todo
caliente.
Cardo
Los primeros indicios de la existencia del cardo se encontraron en Etiopía y
Egipto. Plinio, en el tratado de Historia Natural, ya catalogaba al cardo como
una de las hortalizas de más rica calidad de la época; en el siglo XVIII. El
cardo se debe comer cocido: sólo la variedad el cardo blanco y el cardo rosado
son aptos para comer crudos. Su sabor particularmente duro y amargo requiere
que se someta a un blanqueamiento: las plantas, de hecho, se cultivan en
ausencia de luz o, para algunas variedades, incluso se entierran, doblando la
planta hacia los lados, hacia abajo y cubriéndola con tierra, permaneciendo así
hasta el momento de su recolección. Para el cardo, la helada es esencial:
después de una helada, en efecto, su consistencia se vuelve mejor y más tierna.
El bonito pescado
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