Es una crema fría de origen francés, elaborada a base de puerros, patatas, caldo y crema. Se caracteriza por su textura suave y cremosa, y se suele servir bien fría como un plato refrescante en días cálidos. Si se le añade beicon frito, se le da un toque crujiente y salado que contrasta muy bien con la suavidad de la crema. El beicon aporta un sabor ahumado y un poco de riqueza al plato. El perejil es simplemente un elemento decorativo.
Sección
Crema fría,
4 personas, 25 minutos, nevera hasta su consumo mínimo 2 horas, dificultad: fácil. Todos
los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
3
puerros, 500 g de patatas, mantequilla, 1 pastilla de pollo o verduras, aceite
de oliva, aceite de oliva, nata, 3 dl leche, tiras de beicon a voluntad, perejil,
agua para la cocción y sal.
Preparación y cocción:
Lavar los puerros, quitarles la parte dura y separar
la blanca de la más verde.
Pelar las patatas y chascarlas.
Derretir la mantequilla y un poco de aceite de oliva
en la cazuela.
Incorporar la parte blanca del puerro cortada en
trozos y pocharla.
Añadir las patatas, remover y cubrir con la leche y la
misma cantidad de agua.
Añadir la pastilla de caldo desmenuzada y cocer
durante unos 15 minutos.
Pasarlo a la batidora escurrido y triturar añadiendo
el caldo necesario hasta conseguir una crema ligera.
Corregir de sal y meterla en la nevera el tiempo
indicado.
Dorar en un poco de aceite el beicon hasta que quede
crujiente.
Una vez que vayamos a servirla hacerlo en cuencos
individuales, acompañar con el beicon y perejil picado y lavado.
El puerro
(Allium Porrum) es una planta herbácea de la misma
familia botánica que el ajo y la cebolla. Su origen es incierto, algunos creen
que proviene de Oriente Medio, otros de los territorios celtas. Esta hortaliza,
también cultivada por los egipcios, cuenta con un pasado muy respetable tanto
en la cocina como en la farmacopea griega y romana. En la Edad Media, el puerro
comenzó a adquirir importancia porque su consumo contribuyó a paliar el hambre
de aquella época. Fue entonces cuando su cultivo se extendió por toda Europa y,
desde allí, al resto del mundo. En la cocina dan lo mejor de ellos crudos, pero
quedan riquísimos en el horno.
La patata
Una planta herbácea de la familia Solanáceas, es
originaria de América del Sur, más precisamente de la región del Andes, donde
se cultivó en el período precolombino, probablemente hace dos mil años o más
antes de la conquista (como se evidencia arte indígena), Desde Sudamérica la
patata llega a Europa solo unas pocas décadas después de su descubrimiento, y
con toda probabilidad sólo después haber llegado a un puerto atlántico por vía
terrestre o fluvial. Donde desembarcaron inicialmente en España, en Sevilla,
entre 1560 y 1564, antes de pasar a Portugal (alrededor de 1575), y luego a
Madrid en el cambio de siglo.
Beicon o bacon
El término "beicon" deriva de la voz inglesa
"bacon", que a su vez proviene del francés "bacón" y del
latín medieval "baco, -onis". En España, el término se usa
específicamente para referirse a la panceta ahumada, una variedad que ha sido
curada y ahumada para intensificar su sabor. El beicon, también conocido como
bacón, es un producto cárnico que ha ganado popularidad en todo el mundo por su
sabor y versatilidad en la cocina. El uso del beicon se remonta al periodo
medieval, donde era un producto altamente valorado por su capacidad de
conservación y su alto contenido calórico. Con el paso del tiempo, el beicon ha
evolucionado desde un simple alimento básico hasta convertirse en un
ingrediente gourmet utilizado en una variedad de platos, desde desayunos hasta
cenas elaboradas. Hoy en día, se puede encontrar en diferentes formas, como
piezas enteras, lonchas o tiras, adaptándose a diversas preparaciones
culinarias
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