Un buen guiso es siempre bien aceptado en las casas sea
de carne, pollo o de otros ingredientes. Unos tardaran más, pero este poco y lo
podremos tomar como segundo plato o aperitivo.
Casquería
4
personas
Preparación: 15 minutos
Fácil
INGREDIENTES
800
g de higaditos de pollo, 1 cebolla, 1 zanahoria, 3 dientes de ajos, 1 hoja de
laurel, ½ copa de brandy, aceite oliva, ½ vaso de agua y sal.
PREPARACIÓN
Pelar
la cebolla y los dientes ajos y picarlos.
Pelar
la zanahoria y picarla en daditos
Pochar
todo en un poco aceite.
Una
vez realizado añadir las zanahorias la hoja de laurel con el agua cocer hasta
que esté la misma blanda.
Incorporar
los higaditos limpios y partidos, rehogar y verter el brandy.
Dejar
evaporar y cocinar unos 5 minutos.
Servir
caliente, si lo utilizamos como segundo puedes incorporar patatas fritas o
arroz blanco.
El guiso es un tipo
de cocción lenta, con una sartén o cazuela. tapada. Un método de cocción
que se utiliza para la carne y otros alimentos, Una vez cocido, el
alimento tiene la consistencia de la mantequilla, se deshace en la boca y queda
muy tierno. En primer lugar se parte de la elección de la carne, se
utilizan carnes rojas o blancas, tanto de caza como guisos de buey o ternera,
aves, o pollo, pintada, oca o conejo, corzo, gamo, jabalí, e incluso
ciervo. Para el corte, si no estás seguro, siempre puedes acudir a tu
carnicero de confianza, normalmente se prefiere una sola pieza para cortarla
después. La cebolla (Allium cepa) es una de las
hortalizas más antiguas consumidas por el hombre. Originaria del
continente asiático (Irán o Afganistán), gozaba ya de una gran reputación entre
los egipcios Fue introducida en Europa por los griegos. En la época
clásica, las cebollas se clasificaban según las zonas de origen y se dice que
eran especialmente famosas las de la ciudad griega de Megara.
Las cebollas fueron reconocidas por tener las
virtudes de estimular el sistema digestivo, resolver problemas de retención y
mejorar la circulación.En la Edad Media estos vegetales representaban un
alimento de uso común, y si bien la mayoría de los médicos antiguos no les habían
atribuido cualidades estimulantes particulares, durante los siglos XV y XVI
adquirieron gran fama como alimento afrodisíaco con la propiedad de aumentar y
disminuir a la inversa de las fases de la luna.
Su jugo se usaba para calmar la tos y curar la
bronquitis. En el caso de picaduras de insectos, verrugas, furúnculos,
abscesos o quemaduras, la intervención se realizaba aplicando unas rodajas de
cebolla cruda sobre la parte afectada.
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