Dorada en filetes con boletus

Dos ingredientes extraordinarios uno de la mar y otro del bosque si estamos en temporada los cocinaremos frescos si no los congelados que también dan su sabor al plato.
 

Pescado
4 personas
Cocción 15 minutos
Plancha: 5 minutos
Fácil
 
INGREDIENTES
 
4 doradas fileteadas, 300 g de boletus congelados, 1 manojo de ajetes o 3 dientes de ajos, aceite de oliva, perejil, especies mistas de setas y sal.
 
PREPARACIÓN
 
Limpiar los ajetes o pelar los ajos.
Cortarlos en redondeles o laminas.
Lavar el perejil y picarlo.
Sofreír en aceite los ajetes unos minutos, incorporar los hongos y dejar evaporar su agua.
Calentar la plancha con un poco de aceite.
Colocar los filetes con la piel hacia abajo salar y espolvorear con las especies.
Girar y repetir salar y especies.
Retirar y servir calientes con los hongos y el perejil.

La dorada o zapatilla es una especie de pez del género Sparus, muy consumida dentro de la gastronomía española. Su nombre común viene de la franja dorada característica que se encuentra entre sus dos ojos. Es una especie costera, llegándose a encontrar incluso en estuarios, y es típica de la pesca deportiva. Wikipedia

El Hongo boletus es el más conocido y apreciado entre los hongos comestibles. Es muy fácil de reconocer gracias a las evidentes características familiares que hacen que su descripción sea casi superflua. Sus propiedades son que no contienen grasas y son bajas en calorías, por lo que también son excelentes para quienes quieren adelgazar y para quienes deben seguir una dieta baja en grasas. Son una excelente fuente de minerales, en particular fósforo, potasio, selenio y magnesio. Los hongos también contienen lisina y triptófano, vitaminas B y algunos antioxidantes. Gracias a sus características ayudan al sistema cardiovascular a mantenerse en forma. Durante siglos, los hongos se han considerado una panacea para el sistema inmunológico y, a menudo, se recomiendan en la dieta durante el cambio de estación entre verano y otoño, para ayudar al cuerpo a defenderse mejor. Entre otras cosas, ese es el mejor momento para consumirlos frescos, también por la mayor disponibilidad de hongos que crecen espontáneamente. Durante el resto del año es más fácil encontrarlos congelados o secos.