Si no nos apetece cocinar tendremos que usar alguna conserva que no nos de mucho trabajo solo preparar la salsa que si no nos gusta la cambiamos por otra, todo preparado en unos minutos.
Verdura
4 personas
Preparación: 5 minutos
Fácil
INGREDIENTES
2 botes de espárragos blancos, 12 rabanitos.
Salsa: 75 g de perejil, 4 filetes de anchoas, 2 dientes de ajos, 1
cucharadita de alcaparras, 2 huevo, 40 g de vinagre de vino, 100 g de aceite de
oliva extra virgen, pimienta, 1 rebanada de pan de molde tostado y sal
PREPARACIÓN
Salsa:
Cocer los huevos, enfriarlos, pelarlos, cortarlos
por la mitad y utilizar solo una yema y media.
Lavar el perejil y separar las hojas, lavar las
alcaparras.
Poner el pan cortado en daditos y bañarlos en el
vinagre.
Picar muy fino el perejil, las alcaparras, las
anchoas y los ajos
Desmenuzar las
yemas, poner todo en un bol, incorporar el pan, un poco de pimienta y el aceite,
después el resto de del huevo picado.
Remover bien hasta que todos los ingredientes se
mezclen, corrigiendo de sal y vinagre
Plato:
Lavar y cortar la punta y raíz del rabanito hacer
4 cortes en la piel sin llegar al fondo.
Escurrir bien los espárragos y colocarlos en
platos individuales, colocar los rabanitos y salarlos un poco.
Regar todo con la salsa, la puedes poner en una
salsera si te sobra o conservarla en la nevera.
El espárrago se origina en Mesopotamia, la "media luna
fértil" entre los ríos Tigris y Éufrates, donde creció como una planta
espontánea; se conocía en la época de los egipcios que lo difundieron por toda
la cuenca mediterránea. La referencia más reciente es al griego aspáragòs , a
su vez del verbo spargao que significa “estar turgente”. Los antiguos
babilonios, los egipcios, los griegos y los romanos parecen haber sido
consumidores ávidos de espárragos, así como los antiguos indios que los usaban
en la medicina ayurvética. Marco Porcio Cato, en el Liber De Agri cultura,
hacia el 200 a.C., ilustra su cultivo con tanta claridad hasta el punto de
poder afirmar que las técnicas de esa época no eran muy diferentes a las
actuales. Los podemos encontrar frescos en su temporada o en conserva, los
primeros tendrán mas sabor, pero un poco más de trabajo.
El
rábano se presenta en su variedad más extendida, de forma redonda, de color
rojo oscuro, con pulpa interna blanca y hojas verdes. El sabor a rábano es
distintivo y ligeramente picante; sus hojas son comestibles. Tiene un ciclo
vegetativo bastante corto; de hecho, su cosecha tiene lugar apenas han pasado
tres meses desde su siembra. Está compuesto fundamentalmente por agua y sus
nutrientes son sodio, potasio, hierro, calcio, fósforo, vitaminas B y C,
proteínas e hidratos de carbono. En la cocina se comen principalmente crudos o
como acompañamiento en ensaladas, pero también es posible degustarlos cocidos:
en este caso adquieren un sabor delicado y se convierten en protagonistas de
sopas o tortillas, pero también de las hojas se cocinan en cremas, salsa de
pesto o chips.
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