Para
días más especiales preparamos esta clásica ensaladilla rusa pero añadiéndole las
gambas y los langostinos, será un primer plato de lujo.
Ensalada
4 personas
Preparación:
10 minutos
Cocción:
30/35 minutos
Fácil
INGREDIENTES
6 patatas
medianas, 2 zanahoria, 8 huevos, 100 g de pepinillos en vinagre, 100 g de
aceitunas verdes rellenas de anchoas, 2 latitas de atún en aceite de oliva, 150
g de gambas congeladas, 30 langostinos cocidos, mayonesa, tomate frito, 1
latita de guisantes, 1 latita de espárragos pequeños, agua para cocer, aceite
de oliva y sal.
PREPARACIÓN
Lavar las
patatas y zanahorias y cocerlas en una cazuela hasta que estén tiernas.
Enfriar y
pelar cortarlas en cuadraditos pequeños.
Cocer los
huevos, enfriarlo y pelarlos.
Cocer las
gambas en agua con sal y cuando tomen color escurrir y reservar.
Picar 4 huevos en
trozos pequeños e incorporarlos a las patatas.
Picar los pepinillos y las aceitunas en trocitos e incorporarlos a las
patatas.
Escurrir el
aceite del atún, reservar al aquel, desmenuzarlo y añadirlo a la preparación.
Lavar los
guisantes e incorporar también.
Picar 10
langostinos e incorporarlo al preparado.
En
un bol poner la mayonesa necesaria y todos los ingredientes picados, salar un
poco y mezclar todo bien.
Meter en la
nevera hasta la hora de servir.
Preparar un
poco de salsa rosa mezclando mayonesa y tomate frito.
A la hora
de servir cortar el resto de los huevos en cuarto.
Colocar en
el plato un aro, rellenar con la ensaladilla rodear de los langostino y huevos.
Culminar
con espárragos y un langostino, y salsa rosa encima de los huevos.
Se llama ensalada rusa en muchos lugares de Europa y sud y centro América, pero cambia de nombre cuando cruza fronteras. En Lituania, por ejemplo, la llaman ensalada blanca, El complejo plato frío cubierto de mayonesa lleva el nombre de su inventor. Lucien Olivier era un cocinero belga que abrió un lujoso restaurante de cocina francesa, el Hermitage de Moscú en la década de 1860. Tal era su habilidad, que a menudo se le pagaba generosamente por preparar suntuosos banquetes en las casas de la oligarquía de Moscú. En una de estas ocasiones experimentó con un pastiche de pechugas de perdiz, colas de codorniz y gambas cubiertas de gelatina y mayonesa (entonces poco conocida en Rusia): para fines decorativos añadió patatas, trufas, encurtidos y huevos. Se dice que uno de los comensales mezcló descaradamente los ingredientes colocados con tanta pericia, haciendo de su plato algo muy parecido a una ensalada. El chef francés, orgulloso de sus creaciones y terriblemente delicado, sirvió el plato en la versión "rebozada" en los días siguientes. Fue el comienzo de un éxito extraordinario, que llevó la ensalada rusa a las mesas de toda la ciudad.
Hay que remontarse a principios del s.XX cuando en la localidad de Alcoy
se deshuesaban las aceitunas y se rellenaban con lo que hubiera, de hecho, las
hacían en las casas y se vendían en algunas pequeñas tiendas, pero sin ser algo
conocido fuera de allí. Al parecer sólo era posible hacerlo gracias a las aguas
ricas en cal de la zona, detalle crucial para que el producto se mantuviera la
textura. Pero no fue hasta 1926 cuando un industrial del textil llamado Cándido
Miró Rabasa automatizó el proceso de rellenado de las aceitunas y envasado,
inventando todo un proceso de deshuesado que tan buenos éxitos le trajo. La
empresa la llamó El Serpis, actualmente Serpis ¿a qué os suena?, y le puso ese
nombre en honor al río que pasa por la localidad.
De esta ensaladilla me tomaba yo dos como la dfoto
ResponderEliminarbesitos ¡¡¡