Dos magnificas verduras de nuestras huertas de dos
lugares distintos una en plena temporada y la otra siguiendo la suya según donde
se cultiva, plato con muchas vitaminas y un poco de grasa la que aporta el
beicon.
Verdura
4 personas
Preparación: 30 minutos
Fácil
INGREDIENTES
8
alcachofas, 800 g de borrajas limpias, 150 g de beicon, 3 dientes de ajos, perejil,
aceite de oliva, agua para la cocción y sal
PREPARACIÓN
Lavar y quitar las hojas duras de las alcachofas,
cortarlas en octavos quitarles las barbas.
Cocer
las verduras en agua con sal durante 20 minutos o hasta que estén al dente, escurrirlas
bien.
Pelar los ajos y picarlos sofriéndolos en un poco de
aceite una vez dorados incorporar el beicon rehogando todo bien.
Incorporar las verduras corregir de sal y rehogarlo unos
minutos.
Servir caliente.
Ponerlas en agua con el perejil para que no se oxiden.
La alcachofa tiene orígenes de Oriente Medio y ya era
conocida en la época de los egipcios tanto con fines Fito terapéuticos como
alimenticios. Su llegada a Italia se debe a los etruscos y así lo atestiguan
las numerosas representaciones de hojas de alcachofa en capiteles y bajorrelieves
en los templos egipcios y orientales. Hacia el año mil los árabes la
descubrieron en Sicilia y desarrollaron una nueva variedad que trajeron a
España.
La borraja es uno de los productos de la tierra más
desconocidas, pero probarla es amarla. En países como Francia o Italia, la
borraja está considerada como una verdura de lujo y los platos donde tiene un
destacado protagonismo se presentan como una especialidad en la cocina de
restaurantes de prestigio. En España es muy habitual en la zona de Navarra y
Aragón, pero fuera de estas comunidades resulta complicado que la conozcan y,
mucho menos, que la consuman. La borraja es una hortaliza originaria del norte
de África. Fue distribuida por la Europa mediterránea y Portugal e introducida
en Europa central y sudoriental.
Esta planta, debido a su cultivo generalizado, se
considera casi omnipresente, pero sus orígenes parecerían asiáticos, se
remontan al suroeste de Siberia, desde donde se extendió rápidamente a la
cuenca mediterránea y ya se conocen en el antiguo Egipto. Parece que las
propiedades del ajo ya han sido reconocidas por los faraones se lo dieron en
abundancia a los trabajadores que intervinieron en la construcción de las
pirámides para protegerlos de enfermedades e infecciones intestinales, pero
también para darles una mayor resistencia física. Alimento básico para los
judíos. Con el tiempo, el cultivo del ajo se extendió desde el área egipcia a
toda la cuenca mediterránea. Los griegos lo utilizaban tanto con fines
terapéuticos como alimentarios, llegando a dar sabor al pan.
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