El brócoli es un vegetal conocido por sus nutrientes, al
ser rehogado con guanciale, italiano que aporta un sabor profundo y ahumado.
Este plato no solo es delicioso, sino que también es una manera sencilla de
incluir más verduras en nuestra dieta, mientras disfrutamos de las ventajas de
un ingrediente gourmet como el guanciale.
Sección Verdura: 4
personas, preparación 15 minutos.
Dificultad fácil. Todos
los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
800 g de brócoli, 150 g de guanciale, 3 dientes de ajos,
aceite de oliva, agua para la cocción y sal.
Preparación y cocción:
Lavar y separar las flores del brócoli en ramilletes y
cocerlo en abundante agua con sal, dejarlo al dente.
Pelar los ajos y picarlos, sofreírlos en aceite.
Una vez realizado añadir el guanciale y cocinarlo sin que
se dore mucho.
Escurrir el brócoli y en la misma cazuela añadir el sofrito
calentar y rehogar con cuidado el brócoli.
Servir caliente.
El brócoli
La
papada de cerdo, o guanciale
También
conocida como "panceta" o "papada", es una capa de grasa
ubicada en la parte inferior de la cabeza del cerdo, específicamente en la zona
del cuello y la mandíbula. Esta parte del cerdo es rica en grasa y carne
entreverada, lo que la hace ideal para diversas preparaciones culinarias. La
papada se utiliza en platos de cocina tradicional y también se puede curar,
ahumar o utilizar en salsas, aportando un sabor y una textura únicos a los
alimentos. Guanciale es un producto característico de la
cocina romana (Italia) Se trata de una carne curada obtenida de la carrillera o
papada del cerdo que contiene una parte magra -constituida por músculos, que
forman las venas características- y grasas cuya calidad es decididamente
superior a la que se encuentra en la panceta (obtenida de la panceta) o en la
manteca de cerdo (obtenida del lomo). En este punto, la carne se sala primero
durante poco menos de una semana y luego se condimenta con pimienta y guindilla
(en el Lacio se usa también ajo), en otros lugares con romero u otras hierbas
aromáticas
El ajo
Tiene profundas raíces en la historia
de la humanidad, que se remontan a más de 5.000 años. Originario de Asia
Central, el ajo se extendió rápidamente a las antiguas civilizaciones de
Egipto, Grecia y la antigua Roma. Se consideraba un verdadero tesoro culinario
y se utilizaba tanto como alimento como como medicina. El ajo no sólo
proporciona un sabor increíble a los platos, sino que también está repleto de
beneficios para la salud. Rico en antioxidantes, vitaminas y minerales, el ajo
es conocido por sus propiedades antibacterianas, antivirales y
antiinflamatorias. Se ha asociado con numerosos beneficios para la salud,
incluido el apoyo al sistema inmunológico, la reducción del colesterol y la
promoción de la salud cardiovascular.


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