Una
mezcla de huerta y bosque, una naturales y las otras en conserva pues hay que
guardarlas cuando hay muchas para poderla disfrutar en otros platos cocidas y
salteadas con unos taquitos de jamón simple.
Sección
Verdura:
4 personas, preparación 20 minutos, dificultad fácil. Todos los tiempos son
siempre indicativos.
Ingredientes
para la receta:
800
g de alcachofas, 200 g de níscalos en aceite (conserva propia), 4 dientes de
ajos, 90 g de jamón en taquitos, 1 limón, aceite de oliva, agua para la cocción
y sal.
Preparación
y cocción:
Retirar
las hojas más duras a las alcachofas, cortar las puntas, luego en cuartos y
retirar las barbas.
Ponerlas
en un recipiente con agua con el limón exprimido para que no se ennegrezcan.
Cocerlas
en abundante agua con sal, dejarlas al dente y escurrirlas.
Escurrir
los níscalos de su aceite y reservar ambos.
Pelar
los ajos y dorarlos un poco en de aceite, de la conserva de los níscalos. Una
vez dorados añadir el jamón y cocinar unos 5 minutos.
Añadir
las alcachofas y los níscalos rehogar todo bien y servir todo caliente.
La alcachofa
La alcachofa es una planta típica mediterránea y pertenece a la familia
Asteraceae. Su nombre científico es Cynara scolymus . Cynara proviene del latín
“ cinis ”, (“de ceniza”). Actualmente los grandes consumidores de alcachofa son
los españoles, italianos y los franceses mientras que fuera de Europa sigue
siendo una hortaliza semidesconocida. La época más importante para la alcachofa
fue la Edad Media. De la alcachofa, por tanto, se puede comer la parte más
interna y las brácteas menos duras y externas. Incluso el tallo, cuidadosamente
despojado de la parte más dura llena de filamentos, se puede comer después de
la cocción. La alcachofa no tiene un olor particular mientras que su sabor es
básicamente amargo. Para reconocer el fresco, hay que comprobar que el tallo no
se doble, sino que se rompa con la presión de un dedo.
El níscalo
(Lactarius deliciosus) es considerado un excelente
comestible, siendo la reina de las setas para la mayoría de los aficionados de
toda España, y también de la comarca de la Siberia Extrmeña, debido a su gran
abundancia en pinares, ideal para iniciarse en la micología para principiantes
debido a su facilidad de identificación. Se recolecta tradicionalmente para su
consumo en algunas comarcas de pinares de ambas Castillas y de Cataluña. En
Castilla recibe el nombre popular de níscalo, aunque también se usan otros
nombres similares como micula (Sierra de la Demanda), mizclo (Cuenca), nícalo
(Valladolid, Segovia, Burgos, Palencia y Zamora), nízcalo (Guadalajara). En
cambio, en Cataluña se conoce con el nombre de rovelló debido a su color
anaranjado característico. En regiones limítrofes a Castilla sin cultura
tradicional del níscalo como Extremadura comenzaron a usar el nombre popular de
níscalo debido a su abundancia en los pinares de repoblación de comarcas como
la Siberia, por lo que se encuentra en auge su recolección con fines
comerciales, aportando nuevas oportunidades en las zonas rurales.
Jamón
¿De qué país viene el jamón? El cerdo llegó a la península ibérica en la
época de los fenicios en el año 1100 a.C en Gádir, la actual Cádiz, siendo este
el lugar donde nació el jamón. Jamón curado, especialmente el jamón serrano,
forma parte de la historia de España. Posteriormente, los romanos, respetuosos
de las culturas y tradiciones presentes en los territorios que incorporaron su
Imperio, quedaron impactados por los manjares ibéricos y se imbuyeron del
equipamiento gastronómico de la península. Finalmente, el jamón serrano alcanza
su esplendor en el siglo XIX y en la primera mitad del XX. Hoy en el mundo hay
muchos tipos de jamones curados, el de Parma en Italia, de Jinhua en China, de
Bayona en Francia, sela negra en Alemania, Country ham en Estados unidos etc.
Lo encontramos entero, loncheado o picado.
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