Una crema de verduras con acompañamiento de mejillones
y picatostes es un plato delicioso que combina la suavidad y el sabor
reconfortante de las verduras casera, con la frescura del mar que aportan los
mejillones y el toque crujiente de los picatostes. Ideal para cualquier
ocasión, nutritiva y saludable.
Sección
crema; 4 personas,
preparación 20 minutos.
Dificultad fácil.
Todos los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes
para la receta:
2 patatas medianas, 2
zanahoria medianas, 2 calabacín medianos, 1 puerro, ½ ramita de apio, agua para
la cocción y sal.
Acompañamiento: picatoste de pan, 500 g mejillones y aceite de oliva.
Preparación
y cocción:
Pelar las patatas, las
zanahorias, el puerro y lavarlos, cortarlo todo al gusto.
Lavar el calabacín y
partir en trozos grandes.
Lavar el apio quitarle
las hebras y picarlo.
Poner todas las
verduras en la olla y cubrir con agua, salar.
Cocinar hasta que
todas estén en su punto y pasarlas a la batidora con un poco de su caldo y
aceite.
Triturar hasta
conseguir la densidad deseada añadiendo más caldo y aceite.
Limpiar los mejillones
y cocinarlos al vapor, retirarlos de sus conchas y reservar.
Servir acompañada de
sus picatostes, los mejillones y un hilo de aceite.
El puerro
(Allium Porrum) es una planta herbácea de la misma familia botánica que el ajo y la cebolla. Su origen es incierto, algunos creen que proviene de Oriente Medio, otros de los territorios celtas. Esta hortaliza, también cultivada por los egipcios, cuenta con un pasado muy respetable tanto en la cocina como en la farmacopea griega y romana. En la Edad Media, el puerro comenzó a adquirir importancia porque su consumo contribuyó a paliar el hambre de aquella época. Fue entonces cuando su cultivo se extendió por toda Europa y, desde allí, al resto del mundo. En la cocina dan lo mejor de ellos crudos, pero quedan riquísimos en el horno.
Apio
Es originario de la antigua Grecia y ya está presente en hallazgos del
siglo XIX. C. Para los griegos era una planta sagrada, tanto es así que le
dedicaron la ciudad de Selinunte y el emblema de la hoja de apio en las
monedas. Sus propiedades medicinales se conocen desde la época de la
Odisea (Aquiles curó a su caballo dándole hojas de apio). Los romanos lo
utilizaban tanto en la cocina como en los banquetes, preparando coronas para
los comensales con el fin de contrarrestar la intoxicación alcohólica. Ya
en la antigüedad se utilizaba para preparar bálsamos y vinagres contra el
insomnio, el nerviosismo, la gripe y los resfriados. Homero dijo que
Aquiles logró curar a su caballo haciéndolo comer esta verdura. El apio
tiene pocas calorías, propiedades terapéuticas y depurativas. El apio verde
forma parte de la variedad denominada apio, la más común y de sabor
dulzón.
En el año 1500 se extendió por toda Europa. Se utilizan dos tipos el verde
normalmente para cocinar y el blanco o claro para ensaladas y tomarlo crudo
como bastoncitos.
El mejillón
Es un molusco bivalvo que pertenece a la familia Mytilidae. Este fascinante ser marino es característico de las costas del Atlántico, especialmente en Europa y América. Su cuerpo está protegido por dos valvas idénticas que tienen una forma de lágrima y están unidas por una bisagra compuesta de tres o cuatro dientes. La concha exterior del mejillón es negra con matices morados, mientras que su interior es nacarado, lo que le da un brillo distintivo. La superficie externa de las valvas presenta círculos concéntricos que indican su crecimiento. En resumen, el mejillón es un molusco bivalvo fascinante y versátil que no solo juega un papel importante en los ecosistemas marinos, sino que también es una deliciosa y nutritiva opción alimentaria para los humanos. Su cultivo sostenible y su impacto positivo en la calidad del agua lo convierten en un recurso valioso tanto para la naturaleza como para la gastronomía.



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