Imagina unas deliciosas alubias blancas tiernas y suaves,
cocinadas a la perfección. Para darles sabor, añadimos cardo en conserva, que
aportan un toque vegetal y crujiente. Esta combinación se puede enriquecer con unas
carrilleras de cerdo, que aportarán un extra de textura al plato. Todo ello se
cocina lentamente, realzando los sabores y creando un guiso un plato delicioso
y fácil de preparar
Sección Legumbre; 4
personas, preparación 20 minutos.
Dificultad fácil. Todos
los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
1 bote de
alubias blancas en conserva, 1 bote de cardo cocido en conserva, 4 carrilleras de
cerdo, ½ cebolla, 1 zanahoria pequeña, 3 dientes de ajos, 2 hojas de laurel,
aceite de oliva, agua para la cocción y sal.
Acompañamiento; piparras o guindillas verdes no
picantes.
Preparación y cocción:
En primer lugar, limpiaremos bien las carrilleras y las
sellaremos en un poco de aceite y reservamos.
Pelar los ajos, cebolla y zanahoria y picar todo, sofreírlo
en el aceite de las carrilleras.
Una vez sofrito todo añadir las hojas de laurel y las
carrilleras, añadir agua hasta cubrir 3 a 4 dedos por encima y cocinar unos 15
minutos.
Abrir los botes y lavar su contenido, partir el cardo
en trozos regulare e incorporarlo a las carrilleras.
Comprobar que este todo cubierto de agua y salar un
poco, cocinar unos 5 minutos a fuego medio.
Comprobar de sal y que las carrilleras estén tiernas y
servir calientes acompañado de piparras o guindillas verdes no picantes.
Son alimentos
que han sido procesados y envasados de tal manera que su vida útil se prolonga,
permitiendo su almacenamiento a largo plazo sin necesidad de refrigeración.
Este proceso implica la eliminación de microorganismos y la reducción de
actividad enzimática, lo que ayuda a preservar tanto el sabor como los
nutrientes del alimento. Las conservas pueden incluir una amplia variedad de
productos, como frutas, verduras, pescados, carnes y salsas, entre otros. La
historia de las conservas se remonta a tiempos antiguos, aunque el desarrollo
de técnicas modernas de conservación es relativamente reciente. Desde hace milenios, las civilizaciones han
buscado maneras de conservar alimentos. Los métodos antiguos incluían la
salazón, el secado al sol y la fermentación. Por ejemplo, los egipcios
preservaban pescado y carne mediante la sal. El avance significativo en la
conservación de alimentos llegó en el siglo XIX. En 1809, el inventor francés
Nicolas Appert fue pionero en el método de conservación en frascos herméticos,
un proceso que implicaba calentar los alimentos para destruir bacterias y luego
sellarlos en envases cerrados. Esta técnica fue fundamental y sentó las bases
para la industria de las conservas. En el siglo XIX, las conservas se
convirtieron en un alimento básico para los ejércitos y para la población en
general, especialmente durante guerras y épocas de escasez. Las latas
metálicas, introducidas en 1820, ofrecieron un nuevo medio para almacenar alimentos
de manera segura y eficiente. En conclusión, las conservas han evolucionado
desde técnicas rudimentarias hasta convertirse en un elemento esencial en la
alimentación moderna, ofreciendo comodidad y seguridad alimentaria a millones
de personas en todo el mundo.
Carrilleras cerdo
Son ese corte de la carne que se encuentra a ambos lados de la cara del animal (sus carrillos) y son, por lo tanto, una carne grasa y rica en colágeno. Son gelatinosas y se deshacen fácilmente en la boca, aunque en muchos casos sus preparaciones nos lleven horas, e incluso días dependiendo de la temperatura de la cocción. Existen registros originarios de la Edad Media en los que aparecen las primeras recetas de carrilleras, hoy en día se considera de casquería y se cocina de muchas formas.
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