Receta que realizaba muy frecuentemente mi madre de la
cual aprendieron los mayores de la gran familia. Es una receta castellana pero
principalmente de la provincia Palencia, hoy en día la cocina muchos más. Pero
le he dado un toque especial añadiendo los níscalos o robellones.
Sección patatas; 4 personas, preparación 10
minutos, cocción 20 minutos, dificultad: fácil. Todos los tiempos son
siempre indicativos.
Ingredientes para la receta:
6 patatas grandes, 2 huevos, harina, vino blanco, 2 dientes de ajo, 1
cebolla mediana, colorante o azafrán, 300 g de níscalos, aceite de oliva,
aceite de girasol, agua para la cocción y sal.
Preparación y cocción:
Limpiar los níscalos y filetearlos en juliana gruesa.
Pelar las patatas, cortarlas en rodajas de 4 a 5 cm de grosor, salarlas, y
pasarlas por harina y huevo.
Freírlas en una sartén con aceite de girasol, escurrirlas
y reservarlas.
Picar la cebolla y el ajo en juliana fina y sofreírlas en
una cazuela con aceite de oliva y pocharlo.
Incorporar los níscalos y rehogar unos minutos, añadir las
patatas, bañarlas con el vino y dejar que se evapore.
Cubrir con agua, corregir de sal y poner el colorante o
el azafrán.
Cocinar 20 minutos o hasta que las patatas estén tiernas,
añadir un poco de caldo de carne si es necesario.
Servir
caliente.
La patata
Una planta herbácea de la familia Solanáceas, es originaria de América del
Sur, más precisamente de la región del Andes, donde se cultivó en el período
precolombino, probablemente hace dos mil años o más antes de la conquista (como
se evidencia arte indígena), Desde Sudamérica la patata llega a Europa solo
unas pocas décadas después de su descubrimiento, y con toda probabilidad sólo
después haber llegado a un puerto atlántico por vía terrestre o fluvial. Donde
desembarcaron inicialmente en España, en Sevilla, entre 1560 y 1564, antes de
pasar a Portugal (alrededor de 1575), y luego a Madrid en el cambio de siglo.
El níscalo
(Lactarius deliciosus) es considerado un excelente comestible, siendo la
reina de las setas para la mayoría de los aficionados de toda España, y también
de la comarca de la Siberia Extrmeña, debido a su gran abundancia en pinares,
ideal para iniciarse en la micología para principiantes debido a su facilidad
de identificación. Se recolecta tradicionalmente para su consumo en algunas
comarcas de pinares de ambas Castillas y de Cataluña. En Castilla recibe el
nombre popular de níscalo, aunque también se usan otros nombres similares como
micula (Sierra de la Demanda), mizclo (Cuenca), nícalo (Valladolid, Segovia,
Burgos, Palencia y Zamora), nízcalo (Guadalajara). En cambio, en Cataluña se
conoce con el nombre de rovelló debido a su color anaranjado característico. En
regiones limítrofes a Castilla sin cultura tradicional del níscalo como
Extremadura comenzaron a usar el nombre popular de níscalo debido a su
abundancia en los pinares de repoblación de comarcas como la Siberia, por lo
que se encuentra en auge su recolección con fines comerciales, aportando nuevas
oportunidades en las zonas rurales.
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