martes, 19 de agosto de 2025

Hojas de endibia rellenas de crema de queso roquefort y anchoas

Las hojas de endibia son ligeras y bajas en calorías. La combinación del queso roquefort y las anchoas ofrece un perfil de sabor fuerte y salado que sorprende al paladar. Se trata de un aperitivo visualmente atractivo, perfecto para ocasiones especiales o cenas con amigos.
 


Sección Aperitivo;
4 personas, preparación 05 minutos.
Dificultad fácil. Todos los tiempos son siempre indicativos.
 
Ingredientes para la receta:
 
Endivias en la cantidad deseada para preparar, crema de queso Roquefort a voluntad, anchoas las necesarias.
 
Preparación:

Limpiar las endibias y separar las hojas más grandes.
Untarlas con queso bien extendido.
Abrir las latas de anchos escurrirlas de aceite y colocar una o más sardina sobre cada hoja.
Servir como aperitivo o entrante.

La endibia

O Cichorium, es un tipo de ensalada amarga, que a menudo se intercambia con achicoria. La endivia nació en 1850, gracias a un experimento puramente aleatorio querido por el jardinero Bréziers. El jardinero jefe de la Sociedad de Horticultura de Bruselas intentó cultivar achicoria en las cuevas donde normalmente se cultivaban las setas Champignons. De los manojos atados y cultivados en la oscuridad, creció la lechuga de hojas claras y forma alargada. Treinta años después del experimento de Bréziers, la ensalada belga crecía ahora de forma natural, por lo que Les Halles en París decidió ponerla en los puestos de frutas y verduras con el nombre que la conocemos hoy: escarola belga.

La crema de queso Roquefort

Es un producto lácteo que se elabora a partir de queso Roquefort, un famoso queso azul originario de Francia. Este tipo de crema combina la riqueza y el sabor distintivo del queso Roquefort con ingredientes cremosos, creando un untar delicioso y versátil que se puede utilizar en diversas preparaciones culinarias. El queso Roquefort tiene sus raíces en la región de Roquefort-sur-Soulzon, en el sur de Francia. Su historia se remonta a varios siglos atrás, con menciones que datan del año 79 d.C. por el naturalista romano Plinio el Viejo. La leyenda cuenta que un joven pastor dejó su comida en una cueva mientras se distraía con una pastora. Al regresar, encontró que su pan y su queso se habían transformado por el moho que crecía en las paredes de la cueva, dando origen a la peculiar textura y sabor del Roquefort. La crema de queso Roquefort se elabora a partir de queso Roquefort desmenuzado, mezclado con crema fresca y otros ingredientes como ajo, hierbas o especias, dependiendo de la receta específica. El resultado es una crema suave y sabrosa que se puede utilizar para untar sobre pan, galletas saladas, o como aderezo para ensaladas, pastas, en aperitivos, salsas, rellenos para carnes, o incluso en postres innovadores y variedad de platos. En resumen, la crema de queso Roquefort es un derivado del célebre queso azul que lleva consigo una rica historia y tradición. Su versatilidad en la cocina y su sabor único la han convertido en un ingrediente favorito en muchas recetas, destacando la herencia culinaria de la región de Roquefort en Francia.

Anchoas en aceite en conserva

La anchoa en salazón es una semiconserva y es necesario comercializarla en un plazo aproximado de un año. “Hoy en día esto depende de cada empresa conservera que, dependiendo de su proceso de elaboración y de la búsqueda del recipiente perfecto, puede darle una vida útil de 6 meses a 1 año”. Las dificultades de navegación durante la Primera Guerra Mundial pusieron en peligro las existencias de anchoa para la venta. Fue en este año cuando Giovanni Vella, un comerciante afincado en la ciudad de Santoña, decidió darle solución a este problema y tras observar lo que ocurría con la anchoa en salazón que se enviaba y comercializaba en Italia para snacks, que tras ser transformada en múltiples procesos Se pensó en cómo hacer ese producto final y comercializarlo en latas, es decir,  decido innovar y cambiar el proceso productivo actual para saltarse los pasos intermedios y servir el producto listo para el consumo en los comercios. Las primeras pruebas con mantequilla no dieron los resultados deseados. Aunque se utilizó durante algún tiempo dando un aspecto desagradable al producto, posteriormente se utilizó el aceite de oliva. Así nacieron los actuales filetes de anchoa.




 

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