Es
raro mezclar una verdura como el cardo con un queso fuerte con el Gorgonzola y
el beicon, pero el resultado es sublime para quien le guste los ingredientes
usados y será muy novedoso.
Sección
Verdura:
4 personas, preparación 10 minutos, cocción 20/25 minutos, dificultad fácil. Todos
los tiempos son siempre indicativos.
Ingredientes
para la receta:
800
g de cardo limpio o congelado, 2 dientes de ajos, 75 g de beicon, 50 g de queso
gorgonzola o en su caso azul, 100 g de tomatitos cherry, aceite de oliva, agua
para la cocción y sal.
Preparación
y cocción:
Limpiar
bien el cardo si es natural, pero ahorraremos mucho tiempo si lo utilizamos
congelado.
Cocerlo
en abundante agua con sal, escurrirlo y reservarlo así como agua de cocción.
Lavar
lo tomatitos y partirlos por la mitad.
Pelar
los ajos y picarlos, sofreírlos en aceite y una vez que tomen color incorporar
los tomatitos.
Dejar
que se deshagan un poco y con una pinza retirar el máximo de sus pieles, se agradecerá
a la hora de comerlos.
Añadir
el cardo y un poco de su agua y cocinar unos 5 minutos y que absorba la misma.
Finalmente
pondremos el queso desmenuzado y rehogaremos bien para que se incorpore todo
el.
Servir
caliente.
Cardo
Los primeros indicios de la existencia del cardo se
encontraron en Etiopía y Egipto. Plinio, en el tratado de Historia Natural, ya
catalogaba al cardo como una de las hortalizas de más rica calidad de la época;
en el siglo XVIII. El cardo se debe comer cocido: sólo la variedad el cardo
blanco y el cardo rosado son aptos para comer crudos. Su sabor particularmente
duro y amargo requiere que se someta a un blanqueamiento: las plantas, de
hecho, se cultivan en ausencia de luz o, para algunas variedades, incluso se
entierran, doblando la planta hacia los lados, hacia abajo y cubriéndola con
tierra, permaneciendo así hasta el momento de su recolección. Para el cardo, la
helada es esencial: después de una helada, en efecto, su consistencia se vuelve
mejor y más tierna.
Beicon o bacón
Es un producto cárnico que comprende la piel y las capas
que se encuentran bajo la piel del cerdo, específicamente de los músculos
ventrales (de ahí el nombre de «panceta»). Está compuesta de la piel, tocino
(grasa o lardo) entreverado de carne magra (de ahí que también se denomine
«tocino entreverado» o «tocino de veta»). Es también conocido como beicon,
término derivado de la voz inglesa bacón, esta del francés bacón y esta del
latín medieval baco, -onis, y usados en España para referirse a la panceta ahumada.
La encontramos en pieza, lonchas o tiras.
El gorgonzola
Es un queso muy antiguo, unos dicen que el gorgonzola se
elaboró por primera vez, en la localidad del mismo nombre a las afueras de
Milán, en el año de gracia 879. Según otros, el nacimiento tuvo lugar en
Pasturo en Valsassina, un gran centro lechero durante siglos, gracias a la
presencia de esas excelentes cuevas naturales cuya temperatura media es
constante entre 6 °C y 12 °C y por lo tanto permite el perfecto éxito del
Gorgonzola, así como de otros quesos. El pueblo Gorgonzola, en todo caso, sigue
siendo el centro de mayor fama, si no de mayor producción o comercio desde hace
varios siglos; de hecho, el primer nombre real de Gorgonzola fue el de
“stracchino di Gorgonzola”, mejor definido más tarde por su sinónimo de
“stracchino verde”. En este contexto, es indudable que su producción se produjo
con los ordeños otoñales de la trashumancia que volvían de las malghe o pastos.
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